martes, 1 de mayo de 2018

CRISTO MURIO EN UN INVIERNO





            Cristo murió en un invierno
como los árboles mueren
y en primavera gozosa
renacen a nueva vida
para ofertarnos sus dones.

            Fue de madera su lecho
y su cruz fue de madera
como también fue la copa
en que mojaron el pan
durante su última cena.

            Fue la madera en su vida
-por su padre, carpintero-
ese amigo con que juega,
sea caballo o madero.

            Sintió en su niñez astillas
que atravesaron sus manos,
porque quiso así sentir
a qué sabía el dolor
cuando le vendiera su hermano.

            Era de madera su mesa
y también el taburete
en que su humilde comida
para todo el que se acerca
con todo su amor ofrece.

            Y hoy son de madera los bancos
en que esperamos su vuelta
cada vez que en el sagrario
vemos su llave puesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario