MEDITERRÁNEO
Envidian
tus pareceres
las montañas con sus tules,
de niebla gárgolas.
Te
reojean, suspirando,
los ríos que en tí mueren,
sepulcro plateado.
De
cielos topacio espejo
reflejas su grandeza,
aún disconformes.
Lunas
y estrellas,
sol y copos de nieve,
en tí tiemblan, impotentes.
Corderos
que el viento,
sin rigor, arrastra,
pacen en tu verde.
Tormentas,
rayos y truenos
se rinden en tí,
con sorda rabia.
Mediterráneo
sin par,
¡ Oh Mare Nostrum !
Todos te rinden pleitesía.
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