Mis dos amores me miran
y contemplan mi trabajo.
Con sus miradas me animan
y aprueban cuanto hago.
Por
ellos trabajo con ansia
y mi labor perfecciono.
Todo lo llevo al día
sin pereza ni abandono.
Miro
en derredor y no veo
nada mas que dejadez.
Un cómo matar el tiempo.
Mucha falta de honradez.
Quisiera
no sobresalir
por mi trabajo bien hecho.
Mas temo que he de sufrir
o renunciar a mi empeño.
Día
a día me ilusiono
y al trabajo me dedico.
No hay momentos de abandono
y para nada claudico.
Los
años pasan deprisa,
las ilusiones volando.
Ojalá que yo resista,
aún a contracorriente nadando.
Y
si hay momentos de abandono
pues me mata la desidia,
me miraré en vuestro ojos.
Vuestras miradas me animan.
(1994)
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