Te cubriré con un vestido de pino;
grabaré tu nombre en la madera
cuando te apartes de mi destino
y reposes en la madre tierra.
No
escucharás mis llantos
ni mis lágrimas mojarán tu tierra.
Oirás la voz de mi poesía
que gime, por no ser tu compañera.
Crecerán
sobre tí las malvas,
edredón de margaritas tejerá la primavera.
Serán los lirios del valle
tu traje de novia eterna.
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