jueves, 10 de mayo de 2018

A MI AMIGA INCONSOLABLE


     
         Quisiera yo que tus penas,
que penas son de tu alma,
uniéranse a mis penas
y juntas se consolaran.

         Quisiera que mi mano,
más de hermano que de amigo,
llenara en tierno abrazo
de consuelo tu destino.

         Más, ¿qué, ofrecerte, puedo
si sufro porque tú sufres,
si en tus penas también peno?

         Que sean mis penas abrigo,
que sean la paz de tus sueños,
que llenen de aliento tu vida.
Mi amistad yo te ofrezco.

(1994)

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