Hay
noches de luna llena
y en ellas, la luna clara,
su clara luz nos envía
y nos enseña su cara.
Sobre
el suave azul del cielo
luce su blanco nacarado.
No está sola la luna llena,
hay un lucero a su lado.
En
aquél banco del parque,
solo asidos de la mano,
miran la blanca luna
otro par de enamorados.
Ellos
se miran a los ojos.
En ellos la luna refleja.
Ojos que sólo se miran,
labios que pronto se besan.
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