El fauno su flauta toca
rompiendo
los acordes del río
que,
suave, lleva sus aguas
a aquel
lago recogido.
Hadas de suaves cabellos
y
blanca piel nacarada
juegan,
entre sus dedos,
con
el agua de la charca.
Mil peces de irisados colores
aletean
sin descanso,
rompiendo
por un instante
el
reposo del remanso.
A sus orillas, el brezo,
el
nogal y el avellano
sus
frutos dejan caer
como
preciado regalo.
Barbos y carpas
con
rebosante alborozo
los
cazan en su caída
antes
de llegar al fondo.
Larvas, pupas y mosquitos
respiran
por un instante.
¡Se
han librado del banquete !
Del
menú, no forman parte.
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