Cuando la nave de mi vida
llegó a tu
puerto
eché las
amarras,
marino diestro.
Cuando tus brazos,
dulce amada,
anclan mi
vida
tan solo
quiero
que tú me
sigas.
Y guiando la vida
con mi amor
cierto
animaré la
tuya
como si
fuera
un paraíso
de amor
aquí, en la
tierra.
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