CUANDO LLEGA EL OTOÑO

                Cuando llega el otoño

cubre la tierra

con el yermo manto

de las hojas muertas.

                Cuando llega el otoño

escapan las nubes

robando el agua

que del suelo suben.

                Cuando llega el otoño

tras la montaña

el sol se oculta

buscando ansioso

por ver la luna.

                Cuando llega el otoño

la playa llena

de mil tesoros

que la mar le lleva.

                Cuando llega el otoño

las cigarras callan.

Dentro, en el bosque

las hormigas se afanan.

                Cuando llega el otoño

las hojas alfombran el suelo

y se desviste el árbol

en señal de duelo.

MI AMIGA VICTORIA

                Me suena a gloria tus cantos

-un dulce trino-

que imitar no puedo,

pues desafino

y nunca quisiera

ser causa de lluvias o torrenteras.

                Por eso, te cedo

la voz cantante,

para que tus alegres trinos

llenen mi vida

cuando triste me sienta

o me deprima.

                En el alba o en el ocaso

el dulce trinar de las aves

envidia siente de tus cantares.

Por eso, canta, canta

para que huyan los males

que el alma llenan

y nos llene de gozo

tu buena estrella.

OTOÑO

                Las doradas hojas

recorren la calle

al ritmo del viento

que ciñe su talle.

                Mientras, el árbol, desnudo

fuerzas recupera

bajo el seguro abrigo

que el tronco le presta.

                La lluvia, a veces suave,

a veces molesta

va formando charcos, regueras.

Las hojas se aprestan

por ser las primeras

en llegar a meta.

                Emprenden regata

sin prisa, sin meta

y surcando las aguas

escriben su esquela.

LENTEJAS

                Lentejas, agua, laurel

hueso de jamón, tan rico,

sal-apenas-un pellizco

su trozo de chorizo también.

                Lleno la olla dos tercios,

pongo el fuego en el tres.

Ajusto en el reloj los minutos

y pongo la mezcla a cocer.

                Bulle, alegre, el caldo oscuro

mientras danzan las viandas

y el vapor se eleva, muy seguro,

llenando el aire de aromas y fragancias.

                Suena el pitido de aviso.

Miro el reloj; son las tres.

Retiro la olla del fuego

y ya podemos comer.

BIDÉ

                Cuando entré

en aquél aseo

sepa usted

que encontré

retrete y lavabo.

También había bidé,

una ducha

con mampara

y, en la pared,

una lucida percha

donde mi ropa

colgué.

                Un espejo

muy regio

cubría otro panel

y en el techo

había luces

que eran ojos de buey

MIRANDO AL MAR

                Mirando al mar descubrí

el amor que te tenía

y, con el rumor de las olas,

recibí de tus labios mi primer beso.

                Nuestros pies, descalzos,

grabaron sus huellas en la orilla

barrida una y otra vez

por el vaivén de las aguas

que descubrían para nosotros

pequeños tesoros de algas

y conchas marinas.

                Mientras, el cielo,

fundiéndose con el horizonte

en el azul del mar.

era el tapiz donde

nuestras miradas se unían

cuando caminábamos

estrechamente abrazados,

unidos nuestros rostros.

                ¡Cuántos años

han pasado desde entonces!

mas, aún siento

el roce de tus labios,

el aroma de tus cabellos,

la brisa del mar

salpicando mi rostro

mientras decías:” te quiero”

LA ESPERANZA

                A veces, nada turba

mis pensamientos.

A veces, basta tan solo

una mirada

para sentirme perdido

y, al momento,

mi alma a los pies

derrumbada.

                Más, otras, alzo los ojos

al cielo y-en un momento-

veo los ojos de Dios

y su mirada.

Vuelvo a la vida,

pues estaba muerto,

recobrando en un instante

la esperanza

EL VINO

                      I

                El vino de Pozoamargo

no es como otro cualquiera;

en sus viñas, mis amigos,

gente de La Mancha, sincera,

han cuidado con esmero

y han labrado cada cepa;

la han podado con gracia y ,con mimo,

han trabajado gozosos

hasta lograr este vino.

                     II

                Es el vino carcelero

que, desatando las lenguas

nos retiene-prisioneros-

siempre buscando prebendas.

                Nos priva de la razón,

de necios cuerpos nos viste.

Nos hace dudar que existe

y fue bendecido por Dios.

                Al hombre convierte en bestia,

lo esclaviza y atenaza

y, de cuanto quiere y ansía

lo convierte en amenaza.

                  III

                Cuando descorcho

una botella de vino

aspiro su fragante aroma,

luego lo saboreo con mimo

en sorbos que no son nada ,apenas.

                Su cuerpo…su fuerza…

su paladar afrutado…

un suave punto de fresa…

con cada sorbo, un bocado

TUS OJOS

                ¡Qué no diera

por tus ojos!

Por esos ojos que tienes,

que las esmeraldas envidian

y, hasta el cielo azul pretende.

                ¿Y por esos labios tan rojos

que color de grana tienen

y esos besos, dulces besos

que mi corazón estremecen?

                ¿Y esos cabellos castaños

que mis dedos entrelazan,

mientras te abrazo y te siento

unida a mí hasta en el alma?

                ¿Y esas palabras gozosas

con que a mis requiebros respondes.

Por ese amor que me entregas

cuando nuestros cuerpos se funden?

Por eso, cuando en mis brazos te tengo

y tus labios, tus cabellos

y tus ojos ya son míos;

cuando mi alma y la tuya

unidas en albedrío

vibran hasta alcanzar

el éxtasis, yo me redimo.

Olvido mis viejas culpas

y al cielo llego contigo.

LA CORBATA

                Es la corbata una prenda

que en todos los trabajos sirve,

sin que nadie se sorprenda

pues a un buen traje distingue.

Aunque siempre hay quien persigue,

a su costa, buena fama

guardándola en su bolsillo

si, con ello, votos gana.

                Por ello, si hablas en el Parlamento

ve con el Armani puesto

y adopta una buena corbata

Más, si al obrero persigues,

es signo de distinción

una corta camiseta

y un raído pantalón.