miércoles, 13 de junio de 2018

DISCULPANDO A PEDRO




         Tú me negaste tres veces.
Lo sé, que no lo repita otra vez.
Más, si la gente miraba,
si sus armas te apuntaban,
¿qué más podías tú hacer?

         Quiero que me perdones, amigo,
pues puse a prueba tu fe,
aun sabiendo que más tarde
imitando hasta mi muerte,
te crucificarían también.

         Y ahora, Yo me pregunto
y me pregunto ¿por qué?
¿Que no bastó con mi muerte?
¿He de morir otra vez ?,
pues me matan cada día
y me rematan también,
cuando mueren esos niños
africanos, sirios, ¡yo que sé!

         Yo quisiera que esa cruz
que con mi sangre bañé,
nunca más se levantara
ni la viera más en pie,
y de sus trozos, astillas,
que siempre se queman bien,
hogueras se levantaran
que las armas destrozaran
y no las volviera a ver.

         Más, por si acaso, mi amigo,
afirma y prepara tu fe,
porque, aunque niegues y niegues
y me niegues otra vez,
cada vez que muera un hombre,
otra vez yo moriré.

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