Tiene Alicante en su luz
los colores del cielo prendidos.
Son sus mujeres las rosas,
son sus tierras pan bendito.
Con
toda la ilusión del mundo
quiero plantar una palmera,
que pregone a los cuatro vientos
este amor hacia mi tierra.
Cuando
amanece sobre el mar,
mi cuerpo, todo mi ser, cavila.
¿ De dónde tanta belleza ?
¿ Y ésa luz ? ¡Qué maravilla !
Y
viajando por las tierras
que atraviesan esos campos,
veo al perro y al pastor,
al agricultor y su arado.
Todos de esta tierra viven;
de ella todos gozamos.
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