Me gusta
escuchar al silencio
porque calla
y nada me reprocha.
A mi voz
de réplica
atiende impasible,
como si la razón le faltara.
A veces, escuchar quisiera
en mi silencio
su ira y su reproche.
Solo
escucho mi voz
que, escudándose en excusas,
disculparme quiere.
(1973)
Perdona, pero me gusta tu vida interior. Es cierto que el silencio habla.
ResponderEliminarLa cuestión es : ¿le escuchamos siempre?
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