Las
olas, como aurora de espuma,
bañan la arena.
La playa que, en el amanecer,
es un desierto de silencio
roto, tan solo, por la gaviota
con su irreverente graznido,
me envuelve en su paz.
Y a
voces, con gritos,
mi alma despierta.
Nace un nuevo día;
la vida es bella.
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