Doquier
vuelvo la mirada
no hay paz.
Cuando escucho voces,
oigo gritos.
Si
tiento con la mano
encuentro el vacío.
Busco al hermano
pero de mí se aleja.
Quiero encontrar a mis amigos
pero ya no existen.
Solo se respira odio y rencor.
La sal de la discordia
ha abierto las llagas
inútilmente cerradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario