Es una meta fijada
que, grabada a hierro y fuego,
siempre a mi alma pregunta
por qué no te sigo y me entrego.
Y mi alma, débil,
triste,
con cara de circunstancias,
dice que quiere seguirte,
que quiere saciar tus ansias.
Más, mi otro yo te responde
poniendo voz a mi alma
" a qué tanta prisa en seguirte "
que tome las cosas con calma.
Y así, entre ambas
tendencias,
la margarita deshojo.
Que si quiero y si no quiero
¿ cómo es posible dudarlo ?
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