Te extraño cuando estás.
Cuando no estás, me pasa
que te busco por los rincones,
hasta los más hondos del alma,
pues quiero volver a tenerte
y que, entre mis brazos, caigas.
Sufro porque te tengo,
pero no sé hasta cuando,
porque me engaña el tiempo
que, transcurriendo tan rápido,
acorta junto a ti las horas
y hace, sin ti, los días más largos.
Será, quizá, por esa razón
que nunca llevo relojes.
Porque al son del tictac
siento que mi corazón se encoje.
Sus manecillas son dardos
que nada, del amor, conocen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario