Aunque el cielo esté nublado
y sean sus nubes negras,
si te tengo a mi lado,
o te encuentras muy cerca,
el día me parecerá más claro
por muy oscuro que sea.
Es un amanecer tu sonrisa,
que me llena de esperanza,
que me parece que invita,
con serenidad y calma
a afrontar el nuevo día
sin temores ni desganas.
Procuro aportar el calor
del amor que te profeso.
Quisiera, también, ser mejor;
aunque, también, te confieso
que siento, a veces, dolor
por no saber cómo hacerlo.
Más, si querer es poder,
claro está que, poder, puedo.
¿Será, tal vez, que el querer,
de tanto amor que te tengo
solo me puede valer
para decir que te quiero?
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