martes, 6 de agosto de 2019

TUS OJOS








                ¡Qué no diera

por tus ojos!

Por esos ojos que tienes,

que las esmeraldas envidian

y, hasta el cielo azul pretende.



                ¿Y por esos labios tan rojos

que color de grana tienen

y esos besos, dulces besos

que mi corazón estremecen?



                ¿Y esos cabellos castaños

que mis dedos entrelazan,

mientras te abrazo y te siento

unida a mí hasta en el alma?



                ¿Y esas palabras gozosas

con que a mis requiebros respondes.

Por ese amor que me entregas

cuando nuestros cuerpos se funden?



Por eso, cuando en mis brazos te tengo

y tus labios, tus cabellos

y tus ojos ya son míos;

cuando mi alma y la tuya

unidas en albedrío

vibran hasta alcanzar

el éxtasis, yo me redimo.

Olvido mis viejas culpas
y al cielo llego contigo.

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