Me suena a gloria
tus cantos
-un dulce trino-
que imitar no puedo,
pues desafino
y nunca quisiera
ser causa de lluvias o torrenteras.
Por eso, te cedo
la voz cantante,
para que tus alegres trinos
llenen mi vida
cuando triste me sienta
o me deprima.
En el alba o en el
ocaso
el dulce trinar de las aves
envidia siente de tus cantares.
Por eso, canta, canta
para que huyan los males
que el alma llenan
y nos llene de gozo
tu buena estrella.
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