jueves, 6 de junio de 2019

SIENTO RABIA








A veces siento rabia…

Me siento impotente, pequeño.

No puedo evitar que se caiga

aquel edificio longevo,

aquélla placeta gozosa

donde se cumplían mi sueños

hoy, por abandono y desidia

hechos escombro en el suelo.



                Así se está perdiendo el pasado.

Pronto, el cemento, los muros,

los cristales y el asfalto

cubren con el olvido

los bienes que nos legaron,

historia viva del tiempo.

Tesoro guardado en vano.



                Es la ciudad fría, triste.

Ningún recuerdo de antaño.

Bloques fríos de cemento,

acero, cristales tintados.

Quizá un nuevo aparcamiento

sobre la jungla de asfalto.



                Apenas cuatro matas verdes,

árboles secos y cardos

en una triste rotonda

o en aquél seto lejano,

donde sólo acuden los perros

para dejar su legado.



                ¡Cuánto añoro mi ciudad,

ahora, que soy anciano!

Quisiera recordar

aquéllos días, antaño,

aquélla plaza y lugar

donde, de niños, jugamos.

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