Al alba me desperté;
Entre mis brazos dormías.
Tus labios eran de grana,
Tu rostro, cual faz divina
Reflejaba el sufrimiento
Por el dolor que sentías.
Te estreché en
fuerte abrazo.
Al sentirte protegida
Tu rostro se tornó sereno
Y tu respiración tranquila.
En nuestra
ventana, el sol
Alegre anunciaba el día.
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