Amar a Dios quise
un día
en que solo me encontraba
más , nunca le vi ni hallé
aunque a muchos preguntaba.
Un anciano me
alumbró;
con su voz vieja y cascada
abrió en mi corazón
una grieta que se agranda,
pues sus palabras hollaron
lo más profundo de mi alma.
¿Amas a alguien?,
me dijo.
¿Amas al que ves a tu lado?
Nunca a nadie yo amé;
nada ni nadie he amado
respondí, muy extrañado.
¿Cómo quieres a
Dios amar,
si no siquiera has pensado
que para amar a quien no ves
antes debes amar a tu hermano?
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