jueves, 12 de abril de 2018

LA SANTA FAZ



            I

            Al despertar la mañana
nos fuimos de romería.
Unos, en la mano una caña,
de cuya punta surgían
ramas de olivo y romero,
símbolos de paz y armonía;
otros, desgranando un rosario,
entre plegarias y “vivas”
siguiendo al lienzo sagrado
que a todo el mundo reunía.

            Amaneció algo nublado;
el sol buscaba salida
para alumbrar el camino
que los romeros seguían.
Unos, en la mano una caña
otros, negros blusones vestían,
recordando a los huertanos
cuya fe sigue tan viva.

Aunados, como hermanos,
junto a la Faz Peregrina
gente de toda clase
que-codo a codo-camina.


                        II

            “¡Faz Divina, Misericordia!”
se oyen gritos alentando
y, en esa fe que les anima,
siguen los peregrinos andando
en esta jornada festiva
que acaba en el santuario,
morada por Cristo elegida.
Allí, donde los alicantinos
y quienes festejan el día,
acuden  pidiendo al Cielo
que  a sus familias bendiga.

Llega, al fin, La Peregrina;
la recibe el pueblo entero.
“¡Viva la Santa Faz!¡Faz Divina!”
“¡Misericordia!”, responde el pueblo
con una sola voz, que lo afirma.

La gente se va agrupando,
comienza la Santa Misa
y, con fervor, va rezando
mientras la mañana termina.

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