Prisionero del instante
en que te miro,
no concibo
otra forma de mirarte.
Soy fiel amante
y fiel amigo
y persigo
hoy, también, enamorarte.
Cada día es testigo
de que amarte
es lo que quiero
y lo primero
que, solo con verte,
ya consigo.
Más, abrigo
ilusión diferente:
que, aunque calle,
tú me oigas.
Que, aunque lejos,
tú me llames.
Que, aunque perdido,
tú me encuentres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario