Te amo desde el día en que te conocí
aunque, por aquél entonces, lo ignoraba.
Fue tu amor una sorpresa para mí,
un encuentro que, jamás, yo esperaba.
No me preguntes qué es lo que vi entonces,
porque es posible que no sepa expresarlo.
¿Acaso todo debe tener un “por qué”?
Permíteme que pueda disfrutarlo.
Porque si el amor mejora la vida
y hace sentir paz en el corazón,
¿crees que existe alguna buena razón
para que amarte como hago lo impida?
Esperaré hasta el fin con ilusión
que tu amor, en el Cielo, me reciba.
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