MI NIETO
Mi corazón estaba
dormido
pero tú lo despertaste,
cuando te vieron mis ojos
tan pequeño, vulnerable.
Se abrieron al
mundo tus ojos;
el mundo calló un instante
para gritar al segundo
con un clamor imparable.
Habías nacido a la
vida.
¡eras nuestro!, dulce infante
de pelo rubio, rojizo,
de dulce rostro y semblante.
Ya puedo soñar tus
sueños,
ya puedo seguir adelante,
porque-siendo tan pequeño-
eres tan grande, importante,
que no habrá instante en el mundo
en que ya pueda olvidarte,
ni miedo a dejar esta vida
bendita desde que llegaste.
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