jueves, 11 de julio de 2019

DOS VELAS


               Enciendo cada día dos velas.

Una se apaga,

la otra tiembla y vacila

mas se resiste.

Yo, muero de amor,

pues es mi pena

ver que tú mueres

por redimirme.



                Y, es que la carne es débil

como tú sabes.

Aunque encienda dos velas

(una para ti,

otra para el diablo)

espero no olvides

-quizá debieras-

que, desde mi corazón, te hablo

como alma en pena.



                Si setenta veces siete

son incontables,

si tu amor redime

a los mortales,

si tan sólo por amar

vale la vida

no empieces mi cuenta

por si te olvidas

que mis pecados,

aún siendo graves,

es por debilidad,

como bien sabes.


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