lunes, 29 de julio de 2019

ALLÍ, DONDE LAS VACAS






                El amor que un día te tuve

en odio se torna y derrama

hacia el hombre, amo tuyo,

que de tal no tiene nada,

pues permite que los frutos

de tus digestiones pasadas

los dejes como un tributo

que nadie quiere y reclama.



                Si al Cesar lo que es del Cesar,

a ése que a ti te manda

¿en qué moneda tasarle?

Sus actos no tienen paga

que sea otra que urgirle

a que limpie las calzadas,

aceras, postes y afines

donde dejaste tus marcas.



                Y si marcar terreno quiere,

que lo haga con estacas

en el campo o en el monte,

allí donde están las vacas

dejando sus plastas, que sirven

mejor que esas pobres cacas

de buen abono y calor
para las flores y plantas.

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