Me
abracé a ti
como a un ramo de flores,
sintiendo tu fragancia.
No había espinas
en tus rosas
y mi corazón tembló
como ala trémula de mariposa
en primavera.
Bebí
el néctar de tus labios
y volé al infinito
teniendo el cielo por techo
y por morada la calidez
de tu amado cuerpo.
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