martes, 15 de enero de 2019

EN POS DEL DESTINO




Atado estoy a  la vida
como a un banco de galera;
remo siguiendo el  destino
y el destino ¿a dónde me lleva?

                Soy, tan sólo, peregrino
con una mochila pequeña
en la que apenas cabe
la poca fe que le queda.
Y así sigo en el camino
en pos de esa fe que no llega,
que abra a la vida mis ojos
ahora anegados de pena.

                Atado como estoy a la vida,
llena también de quimeras,
elevo mi plegaria a los cielos
mas, no sé rezar, ¡qué pena
que ponga tan poco celo
en la otra vida, la eterna!

                Clavo mis pies en el suelo,
marcan un camino que lleva
lejos, lejos de la esperanza
que antes veía tan cerca.

                Quisiera aprender a rezar,
a sentir más cerca el cielo
a sentir que mis anhelos
se cumplieran y gozar
por un momento
a más del amor que ya siento,
de la paz que voy buscando
y tanto me cuesta encontrar.

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