I
Aladas
plumas
de hojas verdes,
de esbelto talle
y elevada cuna.
Abanicos gozosos
desde el aire
que mecen sus sueños
bajo la luna
¡Cuántos
peldaños
suben tu escalera
para gozar de esos frutos
que maduran
y en dorados racimos
guardan fortuna!
Disfruto
tu presencia;
bellos sueños
a tu sombra se acumulan
y tu esbelto talle
como almohada se presta
a mis sueños, que perduran.
Me
muevo con tu brisa,
se hace el aire mar
en tu presencia
y suaves olas
-piedras muertas-
baten tu costa
en colores que se ondulan
II
A
tu vera navega
-barco amigo-
el soporte de mil sueños
que me llevan
en brazos de tu brisa,
mar adentro,
para buscar nuevos sueños
que se cumplan.
Veo
el cielo
preso de la envidia
que hoy convierte
palmeras de fuego
en dioses de la vida
y de tu muerte.
Me
extraño de ver luces,
de su efímera gloria
y de tu ausencia
que, cada año, se repite
para mayor gloria de la fiesta.
Precioso. La gloria de la fiesta te justifica perfectamente com o poeta.
ResponderEliminarGracis, amigo Paco, por tu elogio. Me anima a seguir en la brecha.
EliminarUn abrazo