Del encendido
perfume de las rosas
que florecen en mi alma cada día
eres tú la más hermosa,
la que calma mis ansias,
la que llena mi vida.
Para mí te
engalanas
queriendo ganar hermosura
en un gesto que lleva a mi alma
más amor, más pasión y más ternura.
Y bien que agradezco tus galas;
tus labios de dulce fresa,
tus mejillas sonrosadas
y tus ojos, como perlas,
que me miran y embelesan.
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