Eres la alerta temprana.
Eres volcán y eres fuego
que, con sus llamas arrasa
quedando en cenizas luego,
para resurgir con la brisa
de tu amor, siempre despierto.
Eres esa primavera gozosa
que llena los días de vida.
Eres esa margarita preciosa
que, siendo a la par tan sencilla,
alegra los secos campos
y a los yermos ilumina.
Eres como tú eres
y así quiero que sigas.
Más, debes quererme siempre,
aunque la vida se extinga,
para volver a encontrarme
cuando el buen Dios lo diga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario