A veces me turban mil pensamientos
y mi alma se estremece.
Siento, ¡no sé lo que siento!.
Es algo que, dentro de mí, crece,
renueva mis sentimientos
y, a veces, hasta parece
que intenta mi agotamiento.
Entonces, pienso en cosas sencillas.
Pienso en la mar, en el viento
que arrastra con él las semillas
y las esparce en mi huerto,
haciendo crecer campanillas,
caléndulas, crisantemos,
claveles y margaritas,
que cubren de color el suelo.
Entonces, siento que mi alma se libera
y elevo mi mirada al cielo.
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