Me despierto con el alba
y, cuando es primavera,
por las ventanas del alma
me llegan emociones nuevas.
Camino y recorro camino
y, en ése tránsito a la eternidad,
voy sintiendo lo divino
en toda su inmensidad.
Mi alma se llena de gozo,
porque cada despertar
es un nuevo desafío,
es otra oportunidad
para ser un hombre nuevo
en búsqueda de la paz.
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