I
Te encuentro a mi
lado
en la noche oscura,
cuando se quejan mis huesos
y llora mi alma
porque ya se acerca
la verdad desnuda.
Te encuentro a mi
lado
porque me procuras
el sereno alivio
de una paz profunda,
cuando me abraza tu cuerpo
y el calor maduro
de tu amor me ayuda.
Te encuentro a mi
lado
cuando , en mi amargura,
tus labios me rozan
y tus dulces besos
mi rostro acarician
llenos de ternura.
Te encuentro a mi
lado
porque nunca dudas
y, ante mis dolores,
pones tus amores
que calman y alivian
mis horas más duras.
Te encuentro a mi
lado
porque, en mi andadura,
junto a mí caminas
y me ofreces apoyo
frente a los tropiezos
que nos da la vida.
II
Por todo esto que siento
-aunque no lo diga-
por recibir tu aliento,
por este sentimiento
que, a tu amor, me liga.
Por ser como eres
aunque eres- a veces-
como no querría.
Por todas las veces
que, ante mis fracasos,
el calor de tus abrazos
ha fundido el miedo
que me consumía.
Por eso te amo
-aunque no lo diga-
y estaré esperando
que la aurora llegue,
que mi amor te lleve
-al besar tus labios-
a sentirte viva.
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