domingo, 12 de agosto de 2018

QUERER VIVIR




A fuerza de querer vivir
muero un poco cada día
y, aunque lo puedo sentir,
procuro primero cumplir
cuanto, antes, prometía.

Porque adquirí compromisos
y en ellos di mi palabra.
En ocasiones, a amigos,
que fueron, de ello, testigos
y no les fallaré por nada.

El viento, que barre las palabras
como las hojas caídas
y las lleva a los rincones,
nada sabe de emociones,
nada del alma que olvida.
Nada y, si lo sabe, calla…calla…

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