Aspiro el aroma a tu paso,
te tomo por la cintura
y un beso arranco de tus labios
que tú me devuelves con ternura.
No esperamos que cierre la noche
ni importa que el Sol esté fuera,
porque nuestras caricias conocen
que no es nuestro amor quimera.
Por eso, no las ocultamos
y, quien no verlas quiera
que mire para otro lado
y que sus celos contenga.
Nuestro amor a nadie daña
ni a nadie le pide cuentas.
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