Veo el tiempo,
gris,
como entre nubes cernido.
Me siento, mirando al aire.
Me encuentro sólo y vacío.
Hay negras nubes
de lluvia,
también fulgurantes rayos
que surgen en la tormenta
y, a veces, barro en mis manos.
Mas no cejo en mi
camino.
entre cañadas y charcos,
entre zarzas, rocas…miro
el arco iris del cielo
que me señala el camino.
Por eso no temo
tormentas
ni que se ensucien mis manos
o me enganche entre las zarzas
al evitar a los charcos.
Surge el sol, ante
mis ojos
como bendita agua de mayo
renovando la vieja savia
de este árbol ya cansado.
Sopla una fresca
brisa
que a las nubes arrincona
y ligera, más aún, con prisa
me aparta de esa tormenta
mientras resuena tu risa.
Alcanzo el cénit del
cielo
cuando vislumbro a lo lejos
que en esa calma que evocas
con tu dulzura y silencio
limpias siempre cuanto tocas
y tiemblo cuando te veo,
cuando entre mis brazos te abrazo
cubriéndote de mil besos
y libo la miel de tus labios.
Pienso, sí, que
eres mi sueño
conquistado en dura guerra.
Hoy , la paz, que al fin consigo,
perdurará hasta que muera
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