domingo, 26 de mayo de 2019

MARINEROS







                Apenas, con solo un chasquido
los remos, al cortar el agua,

rompían por un  momento

aquel silencio y la calma.

Rostros curtidos, serios,

ansiosos, hacia el puerto miraban.



                En las sombras, otros ojos

fijos en la mar estaban.

¿Volverá mi marinero?

¿Estará esta noche en mi cama?

Eran, sí, los pensamientos

de aquellas mujeres bravas.

Sus cabelleras, al viento,

como banderas, ondeaban

y en sus manos un rosario

cuyas cuentas desgranaban.



                Alguien empezó a contar:

Uno, dos, tres…¡los ocho vienen!

entre suspiros se palpa

el alivio que sienten

al tener el hombre en casa.



                Se alzan los brazos al aire,

pañuelos blancos se alzan

agitándose en la noche

queriendo tornarla blanca.

La luna, que asoma apenas,

sonríe, se oculta y calla.

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