Si me engañas, no
lo entiendo
y si es cierto ¿qué sucede?
¿por qué yo tengo y derrocho
mientras tú hambre padeces?
Veo extendida tu
mano,
distraigo yo mi mirada
y ,aunque soy de corazón tierno,
nada te entrego ¡nada!
Me importa poco tu
hambre
y, aunque de sobra no sacio
la falta de amor que padeces,
nada te pongo en la mano
aunque lo pidas más veces.
Siento tu voz que
me grita
tan sólo con tu mirada
mas, siempre aparto los ojos
y nada te doy, ¡nada!
He querido ,hoy,
ser bueno
y darte una limosna si estabas
mas, no hallándote en mi camino
nada te he dado, ¡nada!
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