No tengo el placer
de conocerte
y bien que
lo siento
mas, seguro
que llegará
y será el
momento
del
fraternal abrazo,
del
sentimiento.
Porque cada palabra
en mi alma
suena.
No tratas
las cosas vanas
ni que
causan pena.
Hablas del
amor, la vida…
La tuya es
plena
y a la luz
sale en tus poemas.
Quiero agradecer mi buena suerte
al poderme
cruzar en tu camino,
al
alcanzar-aún sin verte-
ese calor
del alma,
tal vez
divino,
que al amor
nos lleva.
Dulce
destino.
Nunca sueltes la pluma
pues adivino
que a tu
alma iguala,
con tan buen
tino,
que cada
letra escrita
dice al
instante:
¡ama, ama y
vive la vida
hasta
saciarte!
Me voy, amigo,
sin decir
adiós
pues he de
verte.
Paz y amor
en el camino
hasta que un
abrazo
firme y muy
fuerte
selle el encuentro
por mí tan querido.
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